La leyenda dice que una vez el Señor dijo a los animales y hombres (que vivían todos juntos) que había llegado la hora de separarse y que se abriría una grieta en suelo y que cada uno -hombres y animales- debían unirse cada cual con su especie.
Comenzó a formarse la grieta en el piso y cada animal salto hacia donde estaban sus pares. En el último momento cuando ya casi no se podía cruzar la grieta el perro decidió que su lugar era junto al hombre y arriesgando su vida salto hacia el otro lado eligiendo vivir junto al hombre para siempre y dejar de ser un animal salvaje y libre.
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