sábado, 8 de agosto de 2009
EL HOLANDES ERRANTE
Hace años un capitán holandes necesitaba pasar el Cabo Buenaesperanza y retó a Dios con estas palabras: «Desafío al poder de Dios a detener el curso de mi destino y mi resuelta carrera. Ni el mismo diablo despertará mi temor. Aunque tenga que surcar los mares hasta el día del juicio». El barco acabo undiéndose y su tripulación muriendo pero su capitán vagará errante por siempre recogiendo las almas de los muertos y ayudándolas a llegar al más allá.
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